Vamos ahora a la propuesta mas larga. Porque pensando en como enfocar este tema me vino a la memoria un cuento, tal vez lo conozcas, pero igual, aquí está:
“El profesor estaba frente a sus alumnos, un grupo de universitarios. Sobre la mesa tenía tres calentadores, y sobre cada uno de ellos un recipiente con agua. En uno de los recipientes puso una zanahoria, en otro un huevo y en el tercero café. Encendió los fuegos y luego de esperar un rato con el agua hirviendo, los apagó.
Luego les preguntó a los alumnos que conclusión podían sacar de todo aquello. Desconcertados, el silencio fue la respuesta.
Entonces el profesor habló. La zanahoria, dijo, era dura y con el fuego quedó blanda. Esto es similar a las personas a quienes la vida les ablanda. El huevo en cambio era blando, pero el fuego lo endureció. Son aquellas personas que quedan rígidas por la experiencia de vivir. Es obvio que el agua caliente representa las condiciones de vida.
¿Y que fue de los granos de café? Ellos estaban duros antes de empezar la prueba, y así quedaron luego de terminarla. No solo no cambiaron, sino que además alteraron su medio ambiente, ya que el agua ahora era de color café. Esta es la imagen de aquellas personas que son MAS GRANDES QUE SU MEDIO AMBIENTE”
SER COMO EL CAFE
Lo primero que hay que comprender es que la mayoría de nosotros replicamos vibratoriamente la “realidad”. Aquí la palabra realidad va entre comillas, ya que nada sabemos de la misma, lo que si tenemos es una interpretación, una que depende de muchos factores.
Son nuestros sentidos los que aportan un segmento de vibraciones (luz, sonido, etc.) y nosotros los que damos significado a todo ello. Uno que en general tiene que ver con nuestra historia personal, o sea que tendemos a “ver” la realidad de acuerdo a los prejuicios que desde siempre nos acompañan.
De hecho somos una nube átomos agrupados por alguna razón, polvo de estrellas con conciencia de ser. Sabemos eso, y sabemos que los átomos son en esencia vacíos, pero sin embargo nos vemos como seres “materiales”. Como dijo Einstein, “la realidad es una ilusión, pero una muy persistente”.
Te recuerdo que si la palabra vibración no te resulta muy comprensible o práctica, entonces puedes cambiarla por “sentir”. Cuando te sientes bien, feliz, dichoso, creativo, etc., entonces tu vibración es alta.
De modo similar las emociones como la queja, pesimismo, y la negatividad en general, indican que estas vibrando bajo. El cómo te sientes, tu estado emocional, indica claramente como estas vibrando. A mayor bienestar emocional le corresponde una más elevada vibración.
La clave para elevar las vibraciones instantemente esta en ser mas grandes que nuestro entorno, mas grandes que aquello que nos pasa, mas grandes que nuestro pasado, que nuestra historia personal. Se trata de Ser aquello que concebimos como lo más grande ahora, aunque no haya rastros de su manifestación. Esta práctica tal vez te lleve un tiempo de aprendizaje, pero bien vale la pena.
Como dijo un una persona muy especial: “la vida solo es real cuando Yo Soy…”
Cuando digo esto muchos me transmiten su sentimiento de pesar, les parece difícil. Yo les digo que a veces el rival nos parece grande, simplemente porque estamos de rodillas. En el pararse esta la respuesta.
Esperar que todo cambie, que las personas sean amables y correctas según nuestro criterio, todo eso es una pérdida de tiempo.
Las cosas son como son, y si queremos algo diferente debemos cambiar nosotros. Ese cambio es real únicamente cuando nuestro cuerpo y todo nuestro ser irradian la vibración del mismo. De poco sirve declarar intensiones que no llevamos ala práctica.
Uno debe ser el cambio que desea para el mundo.
