Manataka American Indian Council
HABLA OSO PARADO
Lee Standing Bear Moore
(Este mensaje fue dado en la montaña sagrada de Manataka,
el 1 de enero de 2000)
Este es Oso Parado (Standing Bear), quien les hablará de asuntos importantes para nuestra gente. Los indígenas americanos de hoy día no son los mismos de hace años atrás. Hemos cambiado. La razón por la cual hemos cambiado ya es historia. Lo que nos estamos volviendo es más importante.
El pasado, pasado es
En un tiempo pasado estabamos bien orgullosos de nuestra manera de ser: eramos decididamente independientes y profundamente espirituales. Todavía mantenemos esos rasgos nobles, pero la mayoría de nuestra gente se ha mezclado con las masas para tornarse parte de la cultura americana moderna, la cual no es ni indígena, ni blanca, ni negra ni asiática. Es particularmente americana.
Hace quinientos años los primeros invasores europeos comenzaron a tratar de exterminar a nuestros pueblos. Trajeron enfermedades, hambruna, esclavitud y la eutanasia. Sistemáticamente saquearon los recursos de la Isla Tortuga (Norteamérica) y empujaron a nuestra gente hasta los márgenes de las praderas y a los desiertos, y al resto los metieron en ghettos (llamados 'reservaciones indígenas') dispersos por el vasto territorio que una vez había sido la tierra en que nos había puesto el Creador.
Decían que nuestros antepasados era ignorantes, sin embargo se negaron a escuchar a nuestros sabios. Decían que eramos salvajes y paganos, sin embargo no sabían que adorabamos al mismo Dios. Nos quitaron lo que teníamos que era útil y bueno, y nos dejaron el resto para que se pudriera en el sol sofocante de la avaricia y la falta de respeto. Nos dijeron que eramos infra-humanos y nos quitaron nuestras danzas, nuestra religión y nuestra forma de vida. Nos diezmaron con la esclavitud y la inanición forzada. Finalmente, nos mataron con balas y municiones de cañon. Todas estas cosas terribles, y muchas otras más, fueron perpetradas contra nuestros ancestros por un gobierno rapaz "del pueblo, para el pueblo". Todo esto es historia.
Hoy día
El indígena americano hoy día todavía esta sujeto a la persecusión y el discrimen por parte del gobierno federal de los Estados Unidos, de los gobiernos de los estados y de instituciones prominentes del país. Vivimos en un caos, algunas veces peleando entre nosotros mismos en una lucha desesperada por sobrevivir en medio de la cruda realidad de la sociedad moderna americana.
Algunos dicen que estamos viviendo el tiempo del crudo y frío invierno, según nuestra cultura muere de vejez. Nuestros ancestros vivían en un estado de inocencia juvenil cuando la tierra estaba vibrante. Sus hijos crecían en número y en fuerza durante la época del verano. Pero entonces las cosechas nos fueron arrebatadas por los invasores. Nuestra gente empezó a dar tumbos y caían al suelo como hojas. ¿Nos estamos muriendo? ¿Qué podemos hacer por el futuro de nuestra gente?
Muchos de nuestros indígenas americanos que son modernos pensadores progresistas creen que las contestaciones a estas preguntas están en un conjunto de complicados programas de ingeniería social, leyes, políticas y dinero. Piensan igual que los que nos sojuzgan. Pero hay una respuesta que llega al corazón de todo este conjunto de asuntos mencionados y que nos restablece nuestra herencia, nuestra independencia y nuestro sano orgullo. Esta se encuentra en el arcoiris (explicado luego).
No somos los indígenas de ayer; hemos cambiado. No podemos retroceder y rehacer el pasado. Esos tiempos están en otra dimensión ahora, en otro plano. Por eso, no podemos quedarnos mirando hacia atrás cuando estamos caminando hacia el futuro, porque podemos tropezar y caer sobre lo que está al frente. Por otro lado, de quedarnos estáticos podemos convertirnos en reliquias.
Mantener vivas las ceremonias, las historias, las danzas y las canciones del pasado, mediante la práctica de éstas continuamente, es vital para nuestra supervivencia. Pero, ¿qué estamos haciendo para crear nuestras propias ceremonias e historias, que puedan a su vez ser sumadas a nuestra rica herencia? De concentrarnos solamente en la manera en que vivían nuestros ancestros y como ellos pensaban, ¿no estamos poniendo en riesgo lo que debemos legar a nuestros hijos, y aún nuestra propia identidad? La manera como pensemos, actuemos y vivamos hoy día, es importante para la supervivencia de nuestros hijos.
¿Qué los atrae a ustedes a nosotros.
La gente que se identifica con la tierra está de moda. Hoy día, miles de personas alrededor del mundo se sienten atraidas a las costumbres y forma de vida de los pueblos indígenas. Parece que es estar un tanto a la moda el usar atuendos y adornos de los pueblos ancestrales, y conocer uno o dos chamanes. Mucha gente de todos los niveles sociales, económicos y profesionales están manifestando interés en las tradiciones indígenas; en caminar la Buena Senda Roja.
Nosotros creemos que la cultura moderna no satisface el gran vacío interior de los que están inmersos en ésta y por eso la gente está buscando desesperadamente respuestas espirituales. Ellos creen que los Pueblos Orignarios las habían encontrado hacía muchísimo tiempo, miles y miles de años atrás, y antes de que llegaran los invasores al Edén que era la Isla Tortuga.
La gente moderna se siente atraída a nuestra forma de vida, en parte porque las organizaciones religiosas modernas fallan en darle contestaciones. Dominan a la humanidad con capas y capas de dogmas y de laberintos ideológicos. Meten a la mente humana y al espíritu en una caja. "¡Cree como nosotros creemos, o estarás condenado!", dicen. Las religiones organizadas extienden una mano que promulga el amor y la paz, mientras que en la otra esconden el manto del dominio, el poder y el afán por el dinero. Desde la gran fortaleza de las religiones organizadas se enviaron armadas contra la gente tribal de la tierra, para someter a campañas proselitistas a esas masas consideradas ignorantes. A su vez, los ultrajaban, saqueaban sus pueblos, y le robaban sus tierras y alimentos. Gran parte de esta tragedia no ha variado hoy día. Las mayores atrocidades y guerras en esta tierra se han hecho en nombre de las religiones organizadas. Aún así, todavía nos llaman salvajes.
Las religiones organizadas se terminarán pronto. El ser humano está buscando un nivel elevado de consciencia, una verdad superior fuera de la caja de los dogmas y el control mental.
Muchos que vienen al Buen Camino Rojo están buscando librarse de la cruda realidad de un mundo que se ha vuelto frenético, sin compasión y enajenado. Quieren salirse de la encerrona de sus propias ilusiones. Luchan consigo mismo en el interior, tratando desesperadamente de zafarse de religiones que predican el temor al Creador, el pecado original y la condena a un infierno, porque se han dado cuenta que el miedo que emplean es un arma poderosa para controlar al individuo. íBasta ya de estos santos tiranos!
Algunos que conscientemente están tratando de entender y seguir el Camino Rojo, están haciendo esfuerzos por salirse de las religiones organizadas, manifestando una actitud sincera en su búsqueda de la espiritualidad. Otros, provenientes de pueblos indígenas, están inconscientemente respondiendo a un llamado interior que los impulsa a buscar el camino por donde vinieron sus antepasados. Dentro de estos grupos, y por consideraciones pasajeras -- como lo que está de moda --, hay quienes se relacionan con algunas de las tradiciones indígenas sólo por cuestiones de apariencia, por los beneficios que reciben del gobierno o meramente por dinero.
Hay un cuarto grupo entre nosotros. Estos son los indígenas que se purifican con sahumerios, que sienten el poder del Inipi
Olowan (el baño de vapor ceremonial dentro de un tipi) o que buscan la bendición del Creador a través de visiones. No obstante, están prestos a manifestar temor y desconfinaza por aquellos que no llevan a cabo estos ejercicios. Tiran una línea para separarse de otros. Establecen que "este es mi lado, aquel es el tuyo", incluyendo blancos, negros, judíos, cristianos, musulmanes, indígenas wannabe y así sucesivamente. Son mentes pequeñas encajonadas.
¿Quién es un indígena americano
"La herencia de sangre -- la transmitida de generación en generación--, hace a uno un indígena", es la respuesta de muchos.
Nosotros contestamos: "Nasgi" (No). ¡Es mucho más que esto! Un indígena americano es una manera de pensar, de creer y de vivir."
El verdadero indígena americano es aquel que está consciente de su ser interior, y de la relación entre él y la creación; de el Gran Espiritu Creador y de todas las formas y elementos que componen su magnífico sueño. Ser indígena trata sobre el balance dentro de uno y dentro del Círculo de la Vida. Un indígena siente que está relacionado con todo lo creado y por eso respeta a toda la creación. Nos vemos como una parte del todo, incluyendo los animales, los pájaros, los peces, las piedras los elementos, el viento, el agua, e inclusive, las estrellas -- pero ninguna criatura siendo superior a la otra y todas formando componentes necesarios del Círculo.
El dominio por el hombre de algunas partes de la creación se extiende solamente hasta donde el Creador lo dispuso al principio. Hoy día, el hombre cree que su capacidad de dominio es todopoderosa y que tiene derecho a poseer todo lo que pueda agarrar. Por esto hay tanta falta de respeto a la Creación, y tanta expoliación y contaminación como resultado. ¿Cómo puede ser el hombre mejor que los animales, las plantas, y el agua? A diferencia del hombre, estos son puros y sin falta. ¿Qué cosa puede estar más cerca del Creador que una cosa sin falta? El saludo "Mitakuye Oyasin" (por todas nuestras relaciones) en nuestro corazón sabemos que es cierto -- "ka ki ke mina ka ki ke" (ahora y por siempre).
El indígena americano sueña. Soñamos que todos somos uno: uno con la Madre Tierra, con la Abuela Luna, con el Abuelo Sol, con todos los seres estelares, con toda la gente de la Isla Tortuga, y especialmente, uno con el Gran Espíritu - Creador. Como soñadores, sabemos que los regalos que recibimos son para compartir, no para quedarnos con ellos. Hay luz y colores en nuestros sueños, los que nos guían a través de la bruma oscura de la realidad humana. En nuestros sueños buscamos el plano más elevado de la espiritualidad. Por eso podemos manejarnos en la oscuridad sin miedo, sin dudas, sabiendo que la Luz nos va a manifestar la verdad.
El indígena americano no es rudo con la palabra, y es amable con los niños y aquellos que son menos afortunados. Manifestamos respeto por nuestros ancianos y nuestros ancestros. Según honramos a nuestros ancestros, estos honran los hijos de nuestros hijos. Un indígena vive de acuerdo a un código de conducta. Los mandamientos que le fueron dados por el Creador, sobrepasan en profundidad y amplitud las creencias de las religiones organizadas e institucionalizadas.
Un rasgo común entre los indígenas es su espíritu altruísta. Aquel que verdaderamente va por el Buen Camino Rojo, sabe que nada en este mundo en realidad le pertenece. Sólo posee las cosas temporalmente. Las posesiones son prestadas por el Creador, aunque sean producto de nuestros esfuerzos. Este conocimiento sobre el dar y el recibir se extiende aún a la tierra donde residimos. Por esos sabemos que una persona no llega a ser verdaderamente rica, hasta que no haya regalado sus más preciadas posesiones.
Un indígena le habla a los animales, oye al agua cantar y el susurro de los árboles. Está en contacto con la creación desde lo más profundo de su ser espiritual. Es por todo lo anterior que, ¡el indígena nativo americano es un ser poderoso!
Surgen nuevamente las preguntas: ¿es un indígena americano nativo sólo aquel que puede dar muestras de que es uno de pura sangre? ¿Es un mestizo que usa atuendos indígenas un nativo americano? O, ¿puede cualquiera ser un indígena? Puede ser todo esto, o nada de esto; no hay diferencia. Todos somos humanos. Como enseña Woableza, mi hermano lakota, todos somos de "la raza de cinco dedos".
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