No te preocupes y ocúpate.
No te preocupes por las nubes de tormenta que se crucen en tu cielo, deja que descarguen, ocúpate mejor de lo que va a mojar esa lluvia, de las flores y los campos y de lo que has sembrado en tu alma.
No te preocupes del viento fuerte que tambalea algunos momentos de tu vida y ocúpate de disfrutar del aire tibio que sopló en tu cara y la sonrisa que apareció en ella cuando lo sentiste.
No te preocupes de esa soledad que en algún momento te hace añorar lo que no está contigo, ocúpate de llenar ese hueco con los recuerdos y con esperanza.
No te preocupes si tu sueño más anhelado no se realizó, ocúpate mejor de seguir soñando.
No te preocupes por ese afecto que se ha alejado, y que puso una barrera de olvido, silencio y desinterés, y con ella te hizo llorar gotitas de sangre del alma, ocúpate mejor de alegrarte porque tú sentiste ese cariño en tu corazón.
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No te preocupes más por los que te lastiman, ocúpate mejor de confiar en que vales mucho y vuela encima de la ingratitud y el olvido.
No te preocupes por el mañana, ese no sabes lo que te traerá, ocúpate mejor por el instante en que estás, es tu presente y lo que hagas en él será una base para el instante venidero.
Escribe tu historia cada momento, no te preocupes del pasado, ocúpate de tu presente, vive soñando, pero enfrenta la realidad.