No basta saber, se debe también aplicar.
No es suficiente querer, se debe también hacer.
Un hombre de noble corazón irá muy lejos, guiado por la palabra gentil de una mujer.
Actuar es fácil, pensar es difícil; actuar según se
piensa es aún más difícil.
A veces nuestro destino semeja un árbol frutal en
invierno. ¿Quién pensaría que esas ramas reverdecerán y florecerán?
Mas esperamos que así sea, y sabemos que así será.
Estar preocupado es ser inteligente, aunque de un modo pasivo. Sólo los tontos carecen de preocupaciones.
El hombre más feliz del mundo es aquel que sepa
reconocer los méritos de los demás y pueda alegrarse del bien ajeno como si fuera propio.
El mal está sólo en tu mente y no en lo externo. La mente pura siempre ve solamente lo bueno en cada cosa, pero la mala se encarga de inventar el mal.
Contra la estupidez, hasta los dioses luchan en vano.
El talento se educa en la calma y el carácter en la
tempestad.
El único hombre que no se equivoca es el que nunca hace nada.
La noche es la mitad de la vida y la mejor mitad.
La venganza más cruel es el desprecio de toda venganza posible.
El comportamiento es un espejo en el que cada uno muestra su imagen.
No hablaríamos tanto en sociedad si nos diéramos
cuenta del poco caso que hacen los demás de lo que decimos.
Los perezosos siempre hablan de lo que piensan hacer, de lo que harán; los que de veras hacen algo no tienen tiempo de hablar ni de lo que hacen.
Si la mañana no nos desvela para nuevas alegrías y, si por la noche no nos queda ninguna esperanza, ¿es que vale la pena vestirse y desnudarse?
Sólo es digno de libertad quien sabe conquistarla cada día.
Un loco enamorado sería capaz de hacer fuegos
artificiales con el sol, la luna y las estrellas, para
recuperar a su amada.
Las grandes pasiones son enfermedades incurables. Lo que podría curarlas las haría verdaderamente peligrosas.
Nadie sabe lo que hace mientras actúa correctamente,
pero de lo que está mal uno siempre es consciente.
El niño es realista; el muchacho, idealista; el
hombre, escéptico, y el viejo, místico.
La multitud no envejece ni adquiere sabiduría: siempre
permanece en la infancia.
El hombre feliz es aquel que siendo rey o campesino,
encuentra paz en su hogar.
Es un gran error creerse más de lo que uno es, o menos
de lo que uno vale.
El suicidio sólo debe mirarse como una debilidad del
hombre, porque indudablemente es más fácil morir que
soportar sin tregua una vida llena de amarguras.
El hombre se cree siempre ser más de lo que es, y se estima menos de lo que vale.
No preguntemos si estamos plenamente de acuerdo, sino tan sólo si marchamos por el mismo camino.
Si yo pinto a mi perro exactamente como es,
naturalmente tendré dos perros, pero no una obra de arte.
Cuando he estado trabajando todo el día, un buen
atardecer me sale al encuentro.
Yo amo a aquel que desea lo imposible.
Las palabras de aliento después de la censura son como el sol tras el aguacero.
El cobarde sólo amenaza cuando está a salvo.
La ventaja se la lleva aquel que aprovecha el momento oportuno.
Somos todos tan limitados, que creemos siempre tener razón.
Todo se soporta en la vida, con excepción de muchos días de continua felicidad.
El que quiera tener razón y habla solo, de seguro
logrará su objetivo.
La ley es poderosa, pero más poderosa es la necesidad.
Los pecados escriben la historia, el bien es
silencioso.
Cuando el hombre no se encuentra a sí mismo, no
encuentra nada.
Nadie es más esclavo que el que se tiene por libre sin serlo.
Si la juventud es un defecto, uno se corrige muy
pronto de él.
Ciertos libros parecen haber sido escritos no para
aprender de ellos sino para que se reconozca lo que sabía su autor.
Se tiende a poner palabras allí donde faltan las
ideas.
Nunca se desprende uno de lo que le pertenece, aunque lo tire o lo regale.
Pensar es más interesante que saber, pero menos
interesante que mirar.
Todo comienzo tiene su encanto.
¡Como te pareces al agua, alma del hombre! ¡Como te pareces al viento, destino del hombre!
Para conocer a la gente hay que ir a su casa.
El amor y el deseo son las alas del espíritu de las
grandes hazañas.
La juventud quiere ser estimada más que ser instruida.
Lo que no comprendemos no lo poseemos.
Lo peor que puede pasarle aun hombre es llegar a pensar mal de sí mismo.
Una vida inútil equivale a una muerte prematura.
Podrían engendrarse hijos educados si lo estuvieran los padres.
Muchos hombres no se equivocan jamás porque no se proponen nada razonable.
Si cada uno limpia su vereda, la calle estará limpia.
La creencia no es el principio, sino el fin de todo
conocimiento.
¿Cuál es el mejor gobierno? El que nos enseña a
gobernarnos a nosotros mismos.
Con el conocimiento se acrecientan las dudas.
La actividad es lo que hace feliz al hombre.
Asombro: lo más elevado
a que puede llegar el hombre.
Si se quisieran estudiar todas las leyes, no habría
tiempo material de infringirlas.
Una vida ociosa es una muerte anticipada.
Toda palabra dicha despierta una idea contraria.
El espíritu humano avanza de continuo, pero siempre en espiral.
Lo que no habéis heredado de vuestros padres, volvedlo a ganar a pulso o no será vuestro.
El hombre sordo a la voz de la poesía es un bárbaro.
Se dice que las mujeres son vanidosas por naturaleza;
es cierto, pero les queda bien y por eso mismo nos agradan más.
Hay quién porque golpea la pared con un martillo se cree clavar clavos.
¿Quién osó luchar con los dioses,
y quién con el Único?
Es hermoso ser un discípulo de Homero,
aunque sea el último.
La inteligencia y el sentido común se abren paso con pocos artificios.
Todas las épocas decadentes son subjetivas y por
contra todas las épocas de progreso son objetivas.
Si los hombres, una vez que han hallado la verdad, no volviesen a retorcerla, me daría por satisfecho.
La existencia dividida por la razón deja siempre un resto.
Cuando más desquiciada está la vida de la mente, más abandonada a sí misma queda la máquina de la materia.
Uno tiene que ser algo para poder hacer algo.